La vuelta a la presencialidad en las grandes empresas está obligando a las nuevas familias de Canning a reorganizar sus rutinas. El sueño del home office, para muchos, está llegando a su fin.
Según datos de la firma CBRE, en el primer trimestre de 2025 se registró una absorción positiva de oficinas de más de 15 mil metros cuadrados. Es la cifra más alta desde el inicio de la pandemia. Tal es así que la vacancia en zonas como Catalinas o el corredor Panamericana es cada vez más baja.
Poco a poco, la oficina está volviendo a ser un lugar clave para la productividad, intercambio y cohesión organizacional. Lo que en algún momento pareció una inclinación definitiva hacia el home office, hoy se redefinió en un esquema mixto. Y la tendencia es hacia la presencialidad total.
La tendencia crece entre las multinacionales
“El regreso a las oficinas no es una moda pasajera. Es un ajuste estratégico que muchas compañías están haciendo después de entender que el trabajo remoto tiene ventajas, pero también límites. En Nueva York, eso ya es palpable en los números. En Argentina, empieza a asomar con más fuerza en los sectores más profesionalizados y en empresas multinacionales”, explica Ana González Ferrero, Senior Managing Director de Advisory en CBRE Argentina.
A nivel local, uno de los casos emblemáticos de la vuelta a la presencialidad total fue Bix Box. Esto generó un sinfín de repercusiones, a favor y en contra. En Accenture, sin embargo, una encuesta entre los empleados arrojó que el 60 por ciento renunciaría si tuviera que volver todos los días a la oficina.
El fenómeno no es homogéneo ni inmediato, pero los indicios están. “Creemos que en el transcurso de 2025 la ocupación de espacios premium seguirá recuperando terreno en Buenos Aires. Esto será a medida que las compañías terminen de ajustar sus políticas laborales y definan su footprint inmobiliario de forma más definitiva”, agrega la especialista.
Familias de Canning padecen el fin del home office
El auge del home office en la pandemia fue uno de los grandes disparadores del crecimiento de Canning desde 2020 hasta hoy. A la ciudad arribaron -entre otras- familias con padres y/o madres oficinistas, que podían combinar el trabajo con la vida lejos de la urbe.
En los primeros años post pandemia, muchas familias optaron por vender sus propiedades en la Ciudad de Buenos Aires (Flores, Lugano y Boedo, entre otros barrios) para comprar un lote y construir en Canning, ya que podrían cumplir con su trabajo desde allí.
El mismo problema enfrentan familias de los barrios cerrados de Zona Oeste y Zona Norte que más alejados están de la Ciudad de Buenos Aires. Quién lleva a los chicos al colegio, quién los va a buscar, quién los cuida mientras están en casa o quién los lleva a sus actividades extracurriculares son algunas de las cosas que deben reacomodar.
Si el regreso a las oficinas de lunes a viernes siguiera avanzando, podría ponerle un freno al brutal crecimiento que en los últimos años tuvieron Canning y otras ciudades con barrios cerrados del conurbano.