La reconocida firma Janos abrirá un salón de fiestas en Canning, Buenos Aires. Estará ubicado en Lorenza Zenavilla al 443, a unas diez cuadras del shopping Las Toscas, dentro del partido de Ezeiza.
Noti Canning pudo saber que Janos tomará posesión del lugar en abril de 2026. Hasta marzo, seguirá funcionando allí Lorenza Eventos, una marca muy conocida entre los vecinos de Ezeiza.
Desde Lorenza Eventos le aclararon a este medio que todas las fiestas que sus clientes contrataron antes del acuerdo comercial con Janos estarán a su cargo. No habrá ningún tipo de modificación en el servicio acordado. Desde abril, sí, todo quedará en manos de Janos.
Con esta operación en Canning, Janos suma su salón de fiestas número 77 entre los de la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires y Mar del Plata.

Cómo será Janos Canning
El Janos de Canning contará con un salón de recepción, una pérgola exterior y un salón principal con espacio para 150 personas. Además, habrá más de 6 mil metros cuadrados de parque para aprovechar en los eventos.
Al igual que en el resto de los salones, Janos ofrecerá en Canning su famoso servicio de fiestas “llave en mano”. Incluye catering, disc jockey, ambientación, foto y video, barra, artística, ambientaciones y complementos, como por ejemplo shows musicales.


Janos, el imperio de las fiestas
Janos es propiedad de los hermanos Federico y Gastón Almada. Oriundos de José C. Paz, lideran desde 2013 el negocio de las fiestas en todo el Área Metropolitana de Buenos Aires. A diciembre de 2024, contaron que facturaban 5 mil millones de pesos por mes.
“Jano’s nació de la pasión por hacer de los momentos especiales una experiencia inolvidable”, dijo Fernando en una entrevista con iProfesional. “Todo comenzó en la casa de nuestros abuelos, un lugar que siempre se llenaba de amigos y celebraciones. Notamos que teníamos una habilidad natural para ser anfitriones y hacer que las personas se sintieran bienvenidas”.
“¿Por qué no hacer de esto un negocio?”, fue la pregunta con la que comenzó la historia.
“Nuestro primer evento fue en esa casa mientras estaba en plena reforma; vendimos el evento con la casa en obra. Al principio, solo queríamos hacer algo que sabíamos, pero pronto comprendimos que podíamos resolver el estrés de organizar una fiesta para nuestros clientes y llevar todo lo necesario para que ellos solo tuvieran que disfrutar”, recordó.
Al principio, el mayor desafío para ellos fue entender y adaptarse a la dinámica de los eventos. “Desde asegurarnos de que la comida alcanzara, hasta coordinar cada aspecto, nos enfrentamos a una curva de aprendizaje intensa. Yo cocinaba y Gastón coordinaba”, remoró.
Sobre sus primeras (y mínimas inversiones), comentaron: “Nos ayudaron nuestros ahorros personales y, en ocasiones, tuvimos que pedir préstamos a amigos. No teníamos un gran capital, pero sí una visión clara y confianza en lo que estábamos construyendo”.