Canning no deja de crecer. En los últimos años se transformó en uno de los polos más atractivos del sur del conurbano. Hay nuevos barrios, desarrollos comerciales y una vida social cada vez más activa. Pero, ¿qué piensan realmente los vecinos sobre vivir acá?
Para conocerlo de primera mano, Noti Canning salió a la calle y les preguntó a los vecinos qué es lo mejor y lo peor de vivir en Canning. Las respuestas, registradas en un reel publicado en nuestras redes sociales, reflejan un punto de vista compartido por muchos de los que eligieron esta zona para vivir.
Lo mejor de Canning: seguridad y oferta comercial
Entre las respuestas más repetidas, la seguridad aparece como uno de los factores más valorados por los vecinos. “Podés caminar tranquilo, los barrios son seguros y hay buena presencia policial”, comentó una vecina entrevistada.
También se destacó la amplia oferta comercial que hoy ofrece Canning. En los últimos años, el crecimiento de locales gastronómicos, supermercados, gimnasios y espacios recreativos convirtió a la zona en un centro de referencia para quienes viven en Esteban Echeverría y Ezeiza.
“Tenés todo cerca, no hace falta ir hasta Capital”, fue una de las frases más repetidas durante el relevamiento.
Lo peor de Canning: falta de infraestructura
A la hora de mencionar lo que menos les gusta, la falta de infraestructura fue la respuesta más frecuente. Los vecinos señalaron que el rápido crecimiento de Canning no siempre vino acompañado de obras acordes a la demanda.
Las quejas más comunes apuntaron a calles en mal estado, tránsito intenso y escasa conectividad del transporte público. Además, se mencionó la necesidad de mejoras en servicios básicos como el agua y el alumbrado en algunos sectores.
Un lugar elegido, con desafíos por delante
A pesar de las críticas, el balance general es positivo. Los vecinos remarcaron que Canning sigue siendo un gran lugar para vivir. Tiene buena calidad de vida, opciones de entretenimiento y una comunidad que se fortalece día a día.
El relevamiento deja en evidencia que, si bien hay aspectos por mejorar, el sentido de pertenencia y orgullo por vivir en Canning sigue siendo el denominador común.
“Nos gusta vivir acá. Solo falta que acompañen las obras”, resumió uno de los entrevistados.



