El fin de semana se produjo un curioso robo en La Alameda, el barrio cerrado de Canning. Fue durante la noche del sábado, en una vivienda que está habitada, pero en ese momento los propietarios no estaban.
Lo confirmado por las cámaras de seguridad es que una camioneta con tres delincuentes ingresó con una tarjeta de acceso válida y dio algunas vueltas por el barrio hasta encontrar una casa vacía.
La camioneta (tenía denuncia de robo) estacionó en la puerta de la casa, los tres hombres bajaron y, luego de algunos minutos, salieron con dinero y pertenencias de valor de los propietarios.
A la salida del barrio, la camioneta también se dirigió por el portón de propietarios, sin que la seguridad detecte algún movimiento extraño.
Pocos minutos después del hecho, la administración de La Alameda de Canning envió un comunicado a los vecinos informando cronológicamente sobre el robo.
“La camioneta salió del barrio 20:41 y a las 21:15 ya le estábamos pasando información a la policía sobre el vehículo. Los protocolos se activaron en el momento, con el primer llamado. El llamado al 911 fue en el mismo momento que la propietaria nos llamó”, indicaron a Noti Canning desde La Alameda.
“Tenemos una central de monitoreo externa que actúa en el momento con los protocolos que tenemos y por eso el material fílmico estuvo para entregárselo a la policía apenas llegó al barrio”, agregaron.
Robo en La Alameda: la hipótesis de la tarjeta clonada
Mientras la investigación sigue su curso, entre los vecinos se abren varios interrogantes. Y a quién pertenecía esa tarjeta (que todavía está en manos de los delincuentes) es una de las grandes dudas.
Una de las versiones que circula es que la tarjeta de acceso que utilizaron los delincuentes para ingresar fue clonada. Esta es una práctica -lamentablemente- cada vez más común con las tarjetas de seguridad que llevan un código binario en un pequeño chip incrustado en la tarjeta.
Al presentarse al lector, las tarjetas transmiten un código mediante ondas de radio frecuencia de 125 kHz. Si el lector reconoce el código, la puerta se desbloquea.
Sin embargo, como los datos se transmiten sin cifrado para ocultar el mensaje, existe el riesgo de clonación. Alguien podría haber interceptado fácilmente la transmisión cerca de la puerta de La Alameda, para guardar y copiar el código en una nueva tarjeta.
Por este motivo, en algunos barrios se reemplazó la tarjeta física por el sistema de reconocimiento facial, que es prácticamente imposible de vulnerar.
De todas formas, la tarjeta clonada es apenas una de las tantas posibilidades que se están barajando en la investigación, que sigue su curso a través de la policía científica. Estaremos atentos a las novedades sobre la misma y las informaremos por este medio.
